13 de abril de 2020


“PLANTEMOS UN ÁRBOL, CUIDEMOS LA VIDA”

El Hogar Claudina Thevenet, de la provincia de Arani, en el departamento de Cochabamba, realizó la actividad de aprender a plantar árboles en la huerta de la casa. Con el fin de crear sensibilidad en ellos, que siendo tan pequeños, pueden cuidar su vida y la vida de los demás, los niños y niñas indicaban que “sólo los adultos podían hacer eso”, para comprobar lo contrario entonces pasamos a la acción.

El objetivo principal de la actividad, fue reflexionar sobre la vida, y cómo Dios y otras personas buenas, están resguardando nuestras vidas. Vale recalcar, que los niños, niñas y adolescentes, que viven en el Hogar, son personas en situación de riesgo social; es por ello que se pretendió hacer una parábola con esta actividad y sacar una enseñanza.


Paso primero, aprendimos a preparar el terreno “la Tierra”, a limpiar el entorno del lugar que íbamos a sembrar, los niños iban sacando piedras, plásticos que se encontraban  en el terreno de plantación; entonces reflexionamos: cómo Dios para sembrar la semilla de una buena obra en nuestros corazones, primero prepara nuestro corazón y nuestra vida por medio de personas que nos ayudan a crecer, ellos mencionaban a cada una de las religiosas, educadoras, que pasaron por el Hogar y lo que ellas hicieron por ellos.

Paso segundo, los niños aprenden a cavar el hoyo de plantación, el cual debe ser profundo y ancho, para que la plantita pueda extender sus raíces y ésta sea fuerte; este aspecto lo comparamos, de la siguiente manera: en nuestra vida, hay personas buenas que cavan en nuestro corazón buscando “ahí dentro”, lo más bonito de nosotros de modo que podamos extender nuestras raíces y vivamos con el corazón ancho, estando lo más sueltos posibles, "vivir en libertad"; los niños, frente a esa explicación empezaban a imitar a los pajaritos en son, de echar el vuelo.


Paso tercero, proseguimos con la plantación, instalando la plantita en el terreno, fue el momento de tener mucho más cuidado con la pequeña planta. Los niños, estaban tan contentos, de poder plantar su arbolito.

Al parecer, con la reflexión hecha a los niños, hemos sido los adultos, los que terminamos siendo los catequisados; los más grandes decían “nosotros (los niños) que vivimos aquí… crecemos en el Hogar… plantados como los arbolitos que están en la huerta viviendo con las madres, las educadoras y todos los niños como nuestros hermanos".


Paso cuarto, finalmente, alimentar a la pequeña planta con abono y agua, es el momento más emotivo… niños, niñas y adolescentes del Hogar en su espontaneidad indican, que "en el Hogar, no sólo se alimentan con la comida, sino rezando, en la misa, en las novenas que hay en el Templo,..."

Aún queda mucho por dar y recibir... hay que seguir dando vida.


                                 “Dejen de los niños venga a mí” Mt. 19,14

  

                                                                                 Arani – Cochabamba, marzo de 2020


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