El 21 y 22 de diciembre de 2019, dos religiosas de la Comunidad de Cardona, Uruguay, junto a un grupo de adolescentes y una mamá, que pertenecen a la Capilla de Santa Catalina (cerca de Cardona), pasamos unos días de descanso y encuentro en "El Ensueño", cerca de Santa Ana, una pequeña localidad balnaria a orillas del Río de la Plata.
Allí, tuvimos la oportunidad de conocer a Elba Fripp, una señora jubilada de 68 años, que después de vivir 30 años en Montevideo, volvió a su zona de origen junto con su marido.
Desde el 2013, Elba recorre las playas que van desde el arroyo Artilleros hasta Platero, juntando plásticos, que dejan los turistas, o que en ocasines trae el río, especialmente con las tormentas. No sólo los recoge, sino que también los clasifica y los envía a los distintos lugares donde pueden ser reciclados. Hasta el momnto, nos cuenta, que lleva contabilizado más de 8.500 kg de plástico.
Ante la pregunta de por qué realiza esta actividad y que la motiva a hacerlo, ella responde con sencillez y una sonrisa: "por amor a Dios".
Para los chicos de la Capilla de Santa Catalina ha sido un testimonio de solidaridad y cuidado con la creación; un ejemplo de perseverancia, y como nos dijo Elba; "desde abajo también podemos lograr que se hagan las cosas".
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